Esta tarde tuve la oportunidad de compartir con los jóvenes de LPC de Iglesia Dinamarca ACyM en una conversación que giró en torno al arte, los cómics, los testimonios de fe y la sabiduría que proviene de lo alto. Hablamos también de cómo la fe no es un compartimento aislado, sino una fuerza que atraviesa y potencia toda nuestra vida, dándole dirección y sentido.
Fue un encuentro enriquecedor, no solo por la compañía de estos jóvenes cristianos, sino porque reafirmó la importancia de que quienes tenemos más años podamos transmitir lo que hemos aprendido. Instruir, guiar y animar a las nuevas generaciones es una tarea que nunca pierde relevancia, especialmente cuando se trata de poner los dones al servicio de Dios.
El núcleo de la conversación estuvo en cómo, a través del arte y del testimonio de una vida íntegra, los creyentes podemos aportar sabiduría a los no creyentes. No se trata de imponer, sino de iluminar con nuestra manera de vivir, de tal forma que la luz de Dios se haga evidente en medio de un mundo que tanto la necesita.
Al final, el arte, cuando nace desde una fe viva, se convierte en una lámpara que no solo embellece la cultura, sino que también orienta corazones hacia la verdad.